sábado, 22 de noviembre de 2014

Ubi sunt

Dónde quedaron las promesas rotas, las mentiras niñas que no hicieron daño. Ya no están, ya no existen, las tardes compartidas, las penas consoladas, el por siempre tallado a fuego.
Dónde quedó el recuerdo tuyo y mío de sosyalo, el viaje, el retorno, la vida prometida.
Dónde está el hastío Otoño que me hizo partir, la primavera oscura y fría, el gélido verano. dónde estará el odio, la tristeza, el desamor.
En dónde busco la ilusión rota, el tiempo perdido, los atardeceres juntos llegando a la vejez.
Dónde quedó la lucha, la conciencia, la razón, el compromiso y el perdón.
Dónde quedó la sorpresa, la emoción,el gusto.
Sólo quedaron insípidos papeles, imágenes vacías, sueños torturados que no vuelven a crecer, ni con el diluvio más intenso.
El tic-tac de media tarde, me recuerda dejar de preguntar, y me sumerjo nuevamente en el hondo dormitar de las conciencias.

miércoles, 15 de enero de 2014

secano

Enarboló su bandera tan alto como pudo, marchaba orgullosa por las calles del pueblo, el agua era un derecho nulo en  medio de la cruel sequía. Nadie hacía nada por mejorar la situación, la gente del pueblo observaba pasar a los cuatro pelagatos que gritaban consignas y desplegaban lienzos por la recuperación y el cuidado del agua, algunos aplaudían.
Los indiferentes seguían con sus labores, al final todos los días la gente reclamaba por algo que quería gratis, bajo el poncho del egoísmo y la individualidad mascullaban insultos:¡ flojos de mierda, todo quieren gratis!, comunistas,vagos...
Con una mirada llena de pena y asco, les dejó atrás y siguió rumbo al lugar de encuentro para realizar el acto. Llenó con su discurso la plaza completa, por sus labios desbordaba la conciencia, el trabajo en conjunto y los proyectos a futuro. Sentía que su corazón explotaría de alegría al atisbar tanto rostro curioso que había llegado al lugar.
 Por la tarde asistió a la reunión mensual de la organización pro defensa del agua, una hermosa mesa de madera noble, adornada con un blanco mantel, sostenía el entremés con bocadillos deliciosos,grandes y gordas botellas rebosantes de fresca agua para los asistentes. Tomó su lugar y se dispuso a trabajar, muchos logros se habían conseguido en materia legal durante su intervención, el orgullo y la alegría hacían presa de ella nuevamente, a pesar del cansancio, se sentía plena.
Una mujer apareció de pronto en el dintel de la puerta: rostro cansado, manchado por el sol, cabellos hirsutos y desordenados, de una largura que ofendía, un niño en brazos y dos que caminaban le acompañaban, narices con mocos, cabello sucio y pies peores. 
El olor avisaba la indigencia de la familia asistente, con cada paso que daba parecía agrietar el piso, mostrando la sequedad de la tierra en el rastro polvoriento que dejaba.
Le acercaron una silla, ella se negó.Se enderezó para hablar sin soltar el hijo de los brazos: "-Yo vengo de los pueblos interiores, quiero saber ¿que hacen Uds. por nosotros?. 
Les vengo a decir lo que hacemos con el agua que nos van a dejar: Primero yo baño a mi guagua, con la misma agua lavo a mis hijos y les lavo su ropa, yo no me baño, porque ellos deben tener agua para tomar también...
Sintió que el corazón se detenía, un dolor profundo le secaba por dentro y manaba por sus ojos el agua que tanto necesitaba la mujer, dejó de escucharla mientras su cuerpo se hundía en medio del polvo que iba dejando la mujer al retirarse...