sábado, 17 de octubre de 2015

El premio mayor

Siempre se creyó astuta y hábil dentro de su círculo cercano,sin embargo el entorno familiar jamás reforzó positivamente esa creencia. Por suerte la idea estaba arraigada firmemente y tomada de uñas y muelas para que los fuertes huracanes que trataban de volcarla de su trono instaurado no la sacaran de allí. Tuvo la plena certeza de que las mujeres no vienen a este mundo a parir y su plan de vida iba rumbo fijo a ganar el mejor premio que la vida le pudiese ofrecer, evidentemente no cifraba sus anhelos en un hombre, menos en un par de hijos mal enseñados.
Tuvo que aguantar la misoginia imperante de los 90 en un "Chilito" a medias, con aires de Jaguar, en medio de doctores de filosofía que le enrostraron cada día su rol de subalterna educacional, primera victoria: titulo profesional, para el resto de los ojos una simple mujer a quien tendrán que mantener.
Para ella fue el primer peldaño que junto con su amor a las letras la llevarían donde deseaba estar, ya faltaba poco para llegar. En el intertanto tropezó con algún que otro ser humano que volvía a enrostrarle su capacidad animalesca y reproductiva como único medio para tener un cuento juntos, pero ella sabía que había algo más altruista destinado para si.
 Por suerte dio con un alma similar a ella, un ser de letras, lejano al submundo "chilensis", delicado y frágil, sensible, casi un niño pletórico de imaginación que desbordaba por sus ojos de miel. Se embarcó en el juego siendo casi la madre, pasaron muchos años y el viaje rumbo al cielo se detuvo casi sin darse cuenta, hasta que el juego cayó en la misma trampa anterior.
Decidió partir agobiada por la lucha incesante tratando de despegarse el rol, más sentía nadar en un pozo de alquitrán, el círculo vicioso giraba una y otra vez a su lado, pero se sabía hábil, astuta y valiente.
En madurez plena cansada y agotada por el peso de los años, solía sentarse a fumar en el fondo del pasillo de la casa que rentaba junto a otros como ella, allí lo conoció y se quedó a su lado, aunque no amaba las letras, ni la filosofía, ni  los buenos modales, medio sordo, medio cojo, medio artista, solía dejarla mucho tiempo sola para ir de juerga con el resto de ancianos. Un día mientras el hombre se quejaba incesantemente de dolores varios, vino a su recuerdo el anhelo juvenil del mejor premio de la vida, cantaba mientras fregaba el lomo del hombre y le relataba feliz sus sueños, de pronto un silencio profundo inundó la casa, ella preguntó: ¿Qué piensas de eso viejo?...el la miró desconcertado y un gran eructo hizo eco en el baño, una sonrisa se dibujó en sus labios, casi jugando con ella le dijo: eso pienso.
Se abrió de pronto el telón, fuegos artificiales sonaron a su alrededor, cayó desde el cielo una lluvia de papel picado y con todo el cotillón encima.
Con tristeza y algo de desilusión,  miró a lo lejos el premio mayor.



viernes, 24 de abril de 2015

Distopía

Siento miedo de lo que dejaste de ser, o quizás sienta miedo de lo que nunca fuiste.
Escucho tus letras ebrias de odio, a lo lejos te diviso y ya no estás, te miro frente a frente y no te encuentro.¿Dónde vas?
No es tu ropa ni tu rostro, ni la sombra del ayer. Que hizo el tiempo contigo, ¿Dónde estás?
Te llevaron de la mano por las sendas del amor, o del desamor, de la sordidez del despecho, ¿Regresaste?
 Fui testigo  del crimen con la sangre en mis narices, por tu falta de pulcritud, característica. Cómo siempre, nada había sucedido ¿Te fijaste?
Y aunque ya no estás, sigues presente en otros, rasguñando las entrañas con infantilísimas  miradas, con egoístas frustraciones, con decepciones, rompiendo ilusiones,matando pasiones,y van paseando legiones de símiles tuyos, o seré yo quien sigue
 reviviéndote en otros?


sábado, 21 de marzo de 2015

Círculo vicioso

Quiso romper el sortilegio de la madrugada  levantándose por el lado derecho de la cama, después de haber vivido la agonía del riñón que  de vez en cuando le recordaba por una semana su tiempo pisando la tierra.
Rauda, veloz y sonriente   se dirigió a su trabajo.
El metro detenido por el suicidio de uno más esta semana.
Treinta minutos de espera para abordar el microbús exacto.
Marcado de tarjeta: nueve y quince de la mañana, ladridos de poder varios...
Llamado telefónico: joven sin esperanza de vida, donadores de sangre:0
Ocho horas laborales cumplidas.
Rauda, Veloz a la universidad, tacos varios, sin muertes esta vez.
Entrevista: Proyecto rechazado.
Ni tan rauda, ni tan veloz, ni tan sonriente, regresa.
Noche calurosa, sequedad al máximo, vacío de sueños, amores y alegrías.
Se dejó envolver por la noche en un acto suicida, sin sueños, ni esperanzas ni proyectos.
Cinco de la mañana: Rauda, veloz y sonriente, se levantó por el lado derecho de la cama....









jueves, 22 de enero de 2015

Vuelo

Amanecía nuevamente con la amarga sensación del engaño en sus labios, en la cordillera el sol le abrazaba iluminando su camino, una brisa limpió las lágrimas contenidas tanto tiempo.
Refrescaba su cuerpo joven aún con el agua de la quebrada, mientras recordaba la hermosa leyenda que contara aquél hombre a quien había admirado tanto:
“…las aves amarradas no pueden volar, se maltratan entre sí….”que hermosa leyenda rescatada del mundo ancestral, recordó la hermosa voz, su actitud al relatar. Sin duda aquel hombre a quien había amado tanto sabía muy bien de las historias y de lo que podía enseñar con ellas. La maraña de pensamientos que la invadían no la dejaban tomar una buena decisión, pero sin duda  la leyenda le ayudaba a discernir.
Al regresar a su casa, desde la puerta de la Choza clavó sus ojos en él mientras dormía, tomó con rabia el puñal, se acercó agazapadamente como su instinto felino le indicaba. Alzó el puñal en lo alto, por una rendija de luz  Inti Tata lo bendijo con su reflejo de oro y cortó el hermoso hilo de plata que los mantenía unidos.
Tomó las pocas cosas que necesitaba y partió sin rumbo quebrada abajo, dejando atrás al hombre águila que necesitaba volar, en su claridad pensaba: hay que dejar que las almas dominadas por el instinto animal viajen por el mundo en libertad.

Y bajó cantando con la esperanza viva de encontrarse con un ser de ideas, como ella.