Quiso romper el sortilegio de la madrugada levantándose por el lado derecho de la cama, después de haber vivido la agonía del riñón que de vez en cuando le recordaba por una semana su tiempo pisando la tierra.
Rauda, veloz y sonriente se dirigió a su trabajo.
El metro detenido por el suicidio de uno más esta semana.
Treinta minutos de espera para abordar el microbús exacto.
Marcado de tarjeta: nueve y quince de la mañana, ladridos de poder varios...
Llamado telefónico: joven sin esperanza de vida, donadores de sangre:0
Ocho horas laborales cumplidas.
Rauda, Veloz a la universidad, tacos varios, sin muertes esta vez.
Entrevista: Proyecto rechazado.
Ni tan rauda, ni tan veloz, ni tan sonriente, regresa.
Noche calurosa, sequedad al máximo, vacío de sueños, amores y alegrías.
Se dejó envolver por la noche en un acto suicida, sin sueños, ni esperanzas ni proyectos.
Cinco de la mañana: Rauda, veloz y sonriente, se levantó por el lado derecho de la cama....