martes, 17 de septiembre de 2013

Mateo

Se escuchaba un revolotear de pasos en el piso de tierra, abrió los ojos soñolientamente, había llegado el padre con un saco de naranjas al hombro y un pequeño animalito a cuestas. Saltó de la cama para verlo más de cerca, de pelaje café, ojos rasgados y dulces, de un balar tan tierno que removió todas sus emociones, su corazón de niña latía de la emoción. Breve saludo al padre y acatar la orden de alimentar al pequeño con hojas de Llantén, el que por esa fecha crecía en abundancia a la orilla de la llave que goteaba constantemente en el patio.
Convinieron con su hermano de llamarle Mateo, por la prominente cabeza que desentonaba con el cuerpo ínfimo de la criatura, se convirtió en la gran motivación para volver rápido de la escuela, llegar por las tardes y jugar con él, el frío de Julio obligaba a procurarle una camita para abrigarlo, era un hermano más dentro de la pequeña familia del cerro, compañero de juegos y el Nene de la casa.
La madre arisca con el juego prohibía permanecer mucho con el animal, porque había que estudiar, porque había que dormir, porque debía descansar el animal,se mostraba reacia hasta los huesos de llamarle Mateo, en fin, cosas de grandes que sólo ellos comprendían.
Se venía septiembre y las fiestas patrias eran un gran acontecimiento para la mayoría, especialmente para ella pues, terminado el desfile venía el helado de premio, ya que las manzanas del colegio, jamás le gustaron, había que madrugar!!!.
Eran casi las cuatro de la mañana cuando sintió el ajetreo de pasos, no abrió los ojos porque el padre se escuchaba molesto, al hermano lo habían levantado, a ella no, sigilosamente bajó de la cama para observar que sucedía, caminó descalza hasta el frontis del patio, ahí estaba Mateo amarrado del cuello, entre dos lo sostenían, el hermano cabeza vuelta sostenía una pata evadiendo los regaños del padre. Un oscuro hombre alzó un cuchillo, y lo dejó caer entre el espanto de la madrugada y el balar inocente del amigo.


4 comentarios:

Anónimo dijo...

Una vez me tocó hacerlo y fue comovsi lo hubiera clavado en mí. Me recordó la tristesa de de aquel fin de año. Saludos! !
Edd.

Anónimo dijo...

Me sucedió una vez , tuve que ser quien lo sujetaba. Fue como clavar un cuchillo en mi cuello. Triste muy triste. Gracias.
Edd

Anónimo dijo...

Jajajajaja no pensé que el anterior se había grabado. Lo siento.

Karbunco dijo...

No hay problema, me alegra identificar al menos a alguien además de mi. saludos